Cuando pensamos en adquirir un cachorro nos surge una disyuntiva que muchas veces resulta algo difícil de elucidar: ¿con pedigree o sin pedigree?. Recordemos que el pedigree es el registro de las generaciones anteriores de un animal de raza pura, algo así como su árbol genealógico. Esta certificación la tienen no sólo los perros, sino todos los animales puros cuyos padres hayan sido inscriptos ante los organismos habilitados para tal certificación, por lo general dependientes de la FCI (Federación Cinológica Internacional).

 

Pero la importancia de este registro es muy superior al conocimiento de los antepasados de un animal. El pedigree es la única garantía de que el animal adquirido es puro, y como tal conservará todas las características propias de su raza, sin alteraciones en su constitución genética que pudieran afectar su conducta, carácter o estética. Es además un instrumento que aporta datos sobre el criador del animal, parentescos entre individuos de una raza (muy importante a la hora de un cruzamiento), etcétera. Aquí es donde encuentra respuesta la pregunta inicial: ¿comprar un animal con pedigree o sin él?.

 

El pedigree resulta fundamental para determinar las características que tendrá el animal una vez que crezca, predecir su carácter y comportamiento y evitar potenciales problemas de salud. Los "papeles" de un perro son decisivos a la hora de conocer sus antecedentes genéticos, y en función de ellos, poder establecer los criterios más adecuados para su crianza y reproducción. Algunos criadores venden sus cachorros "sin papeles" en cuyo caso es preciso saber que ese animal puede no ser puro, y aunque siendo pequeño "parezca" reunir las características de su raza, al crecer podría depararnos alguna sorpresa.

 

Es preciso recordar que un perro no es un "objeto". No podemos comprarlo como si se tratase de un simple adorno. Este ser vivo ocupará un lugar importante en la casa y vivirá con nosotros varios años (10 como mínimo, dependiendo de la raza). Cuesta elegir uno u otro cachorro pues todos son hermosos, y es entonces cuando la opinión experta de sus criadores podrán anticiparnos su apariencia y comportamiento al crecer.

 

También es necesario saber que necesitarán cuidados, y debemos estar en condiciones (económicas y personales) de brindárselos: atención veterinaria, vacunas, paseos diarios, baños, alimentación, cuidado, juego y descanso). Esto requiere de un presupuesto mensual y cierto tiempo de dedicación. Analizar anticipadamente si podremos darle la atención que merecen, será un síntoma de responsabilidad frente al compromiso de comprar un cachorro de raza. El espacio disponible en el hogar es también un punto decisivo a la hora de elegir una raza. Es obvio que no podremos tener un gran perro en un pequeño apartamento. El Shar Pei se adapta perféctamente a espacios reducidos, siempre y cuando se los acostumbre desde cachorros. Les encantan los paseos y son muy apegados a un miembro de la familia en particular, al cual ellos eligen.

 

Una técnica que suele brindar óptimos resultados es recorrer cuidadosamente el criadero escogido para la compra del cachorro. Allí podremos ver el estado de atención en que se encuentran los animales, el proceso de alimentación,la limpieza del recinto. Un criadero en buenas condiciones nos garantiza la adquisición de animales sanos, limpios y bien cuidados. Especialmente cuando se encuentran en un ambiente familiar, los animales criados en jaulas carecen de cariño y eso afecta a su carácter y, a veces, también a su salud.